DPTO. PRENSA IDK GIPUZKOA

Ha transcurrido una semana desde que la Capitana del IDK Gipuzkoa caía lesionada en el Josean Gasca en el derby ante el Lacturale Art Araski. Desde entonces, la capitana ha recibido los resultados de la resonancia y también la cita para operarla, que será mañana, lunes 4 de diciembre.

La capitana está con ganas de que llegue el día de la operación. “La verdad tengo ganas. El lunes estuve haciendo la resonancia y volví el miércoles para recibir los resultados. Ese mismo miércoles me dijo para operar el lunes, y la verdad no me lo creía. Todo el mundo siempre te dice que tienes que esperar un par de semanas para que te baje la inflamación y luego pasar por el quirófano. Es por ello que me costó asimilarlo, pero mejor, cuanto antes mejor”, comentaba la jugadora donostiarra.

Al preguntar sobre la jugada de la lesión, la donostiarra ha admitido que el mismo sábado a la noche, cuando llegó a casa estuvo “viendo una y otra vez la jugada, por si se veía algo”. En el momento de la jugada, el médico no le dijo nada sobre lo que podía ser, y así, sin saber lo que podía ser se quedó en el banquillo para animar a sus compañeras “porque creía que podíamos ganar. Es verdad que anímicamente nos pesó y no pudimos conseguir la victoria”, confirma la capitana.

Una vez finalizado el partido “bajó el médico y es cuando me dijo que me iba a ver de nuevo el lunes, pero que fuese haciendo la idea de que era el cruzado. Entonces ya tuve el fin de semana para similar de que tenía que pasar por el quirófano. Por lo que el lunes, cuando me confirma, digo, pues sí, hay pasar por el quirófano".

Mañana será el turno para pasar por el quirófano, y luego le quedará un duro trabajo de rehabilitación. “No comparo con las lesiones del año pasado, porque no sé lo que tenía, pero esta vez sí, y sé que esta temporada no llego. Después de operarme, me tocará trabajar para recuperarme, aunque sé que tengo tiempo para volver la temporada que viene”, asegura la capitana del IDK Gipuzkoa.

Ahora, la jugadora estará animando a sus compañeras desde el banquillo. “La verdad que se pasa mal, estando en la rotación, puedes ayudar más o menos, pero puedes salir para ayudar al equipo. Pero cuando estás lesionada, sientes una impotencia porque no puedes ayudar, aunque estés animando”, asegura tras vivir su primer partido desde el banquillo en Maloste.

Para la jugadora ha sido un “batacazo” la lesión, dado que desde la temporada pasada no ha podido tener una continuidad en su juego. Esta temporada, las lesiones la estaban respetando, hasta el final de noviembre. “Empecé la temporada con miedo de volver a lo del año pasado. A pesar de estar entrenando en verano, como no sabía lo que tenía, pues empecé con un poco de miedo. A pesar de caer lesionada, lo intentas asimilar de la mejor forma posible sabiendo que no puedo hacer nada, hasta que me operen, y luego trabajar lo mejor que pueda para volver”, afirma Olabarria.